jueves, 26 de octubre de 2017

NO HAY PRESUPUESTO EN COLOMBIA PARA LA REFORMA RURAL INTEGRAL


Ni lo habrá si seguimos gobernados por bandas de corruptos, porque los países que necesitan nuestra producción agropecuaria y tienen recursos de sobra para ponernos a producir no son tan idiotas de echarle mas leña al fuego de la corrupción generalizada en todas las ramas del poder público en Colombia, sería como echarle lavazas a una piara de cerdos hambrientos.

Es indispensable pues hacer los mejores esfuerzos para quitarles el poder del Estado, estar dispuestos a deponer orgullos y mezquindades sectarias, unir a los campesinos, a los indígenas, a los afrodescendientes, a los estudiantes, al sufrido pueblo urbano que en su mayoría se marchita en la informalidad bordeando la indigencia, a los intelectuales independientes o mas bien sin proyecto de vida estable, al magisterio y demás profesionales asalariados mal pagados, a excepción de los altos mandos, a los que quieren ampliar sus Empresas, a los gamonales frustrados que han acumulado tierras por desposeción y no ven futuro, llamarlos porque no vale la pena persistir en este estado de inseguridad, es mejor ceder parte de lo que se ambiciona, asegurando prosperidad con el resto, para poder brindarle futuro a sus descendientes y allegados en el país, parar el éxodo de nuestro mejor recurso: la gente, como que alrededor del 20% de los nacidos en Colombia están fuera del país.

¿Será que si nos unimos no lograremos ganarle unas elecciones a las maquinarias políticas del continuismo? ¿Son tan poderosos los criminales que nos dominan que primero vuelven a exterminar a nuestros líderes antes de dejarse bajar del curubito?

El gobierno que proponemos debe erradicar la corrupción, renegociar la deuda externa y las concesiones de toda clase porque la mayoría son estafas continuadas concertadas por hampones. Para lograr esto necesitaríamos una radical reforma a la justicia, podrida hasta los tuétanos, obtener las mayorías parlamentarias para hacerlo es bien difícil, quedaría la opción de convocar a una Asamblea nacional constituyente si ganamos la Presidencia.

Aliarnos con los liberales y con los de la U con cero tolerancia a la corrupción, estos partidos podrían admitir a los gamonales regionales de cualquier partido o sin partido, si se la jueguen por ayudar a consolidar una paz justa, con lo que lograrían estabilidad para emprender de forma segura con sus bienes restantes y el apoyo del nuevo gobierno, luego de conciliar reparaciones colectivas con las víctimas reales, las populares.

Se requiere una reforma tributaria para ampliar crecientemente los impuestos a los dividendos y demás rentas personales, disminuyendo paulatinamente el IVA y demás impuestos indirectos y drásticamente los gastos iniciales para los emprendimientos formales. Como contrapeso debe disminuirse el impuesto a la renta de las empresas. La paz nos permitirá a corto plazo multiplicar la exportación de las materias primas de producción primaria, agropecuarias y minero-energéticas, proponiéndonos a aumentar el valor agregado nacional hasta lograr industrializar procesos pos cosecha y pos extracción, y promoviendo la reconversión energética, especialmente del transporte, a energías limpias.

Pero nada de eso alcanzaría para hacer viable la RRI, se lograría avanzar bastante en la educación, la salud y la alimentación como derechos, solucionar la mayoría de las viviendas prioritarias, para proteger a las familias en alto riesgo, y subsidiar buena parte de las restantes de interés social.

Pero para darle viabilidad a la RRI en 40 millones de hectáreas que están ahora en potreros, mitad de economía campesina y mitad de economía empresarial, se necesitaría alrededor de 100 mil millones de dólares de financiación, mas tecnología y mercados seguros. Es imposible conseguir socios adecuados en los mercados financieros tradicionales, los del bloque hegemónico occidental, pero si es posible conseguirlos en las potencias emergentes del bloque de la coexistencia pacífica, con China y Rusia a la cabeza.

Para que el pueblo rural pueda esperar todo el tiempo requerido para implementar la RRI es necesario solucionar sus 2 fuentes de trabajo y recursos ilegales: los cultivos ilícitos y la minería informal. A los nacionales y sus socios dedicados a la minería informal tradicional y a la mecanizada ilegal, deben concederse licencias transitorias ágiles para que inicien su normalización, promoviendo la sostenibilidad. Sería necesario la declaratoria de toda clase de emergencias, que las hay, para legislar por decreto. Así se podría empezar la reparación del medio ambiente para lograr la sostenibilidad. El gobierno debe comprar las drogas, guardarlas como reservas en las bóvedas del banco central, lo que permitiría emitir dinero para pagarlas, y exigirle a los países consumidores que la compren, ya sea para controlar sus distribución y consumo o para destruirlas, necesitamos hacerlo por un tiempo prudencial mientras echamos a andar sustituciones viables en el marco de una RRI bien diseñada y financiada. Se podría así mantener la cadena nacional de cultivo, procesos pos-cosecha y distribución interna, hasta la compra por parte del gobierno para que se la revenda a los gobiernos de países consumidores y a otros solidarios.

Con buena voluntad, ideas innovadoras y participación masiva de los ciudadanos, rurales y urbanos, será posible terminar realmente con la “horrible noche”.