lunes, 23 de noviembre de 2015

La implementación de los acuerdos de la Habana debe consensuarse


El gobierno, ni las Farc, ni los 2 juntos tienen la capacidad de implementar los acuerdos de Paz, que se van a firmar en la Habana, sin la participación protagónica de los colombianos involucrados. Alejo Vargas, Profesor de la Universidad Nacional, escribió el 22 de noviembre de 2015 en el periódico de Medellín “El Colombiano” en columna titulada “¿DóNDE VAMOS EN LAS CONVERSACIONES? ¿QUÉ NOS FALTA?” lo siguiente:

... Y el de la implementación, verificación y refrendación que implica que las dos delegaciones se pongan de acuerdo acerca del procedimiento que se va a utilizar para la refrendación, tema nada fácil cuando se conocen de antemano ciertas preferencias por cada una de las dos delegaciones, e igualmente cómo será el proceso de implementación de los acuerdos y su seguimiento, que se supondría el Gobierno considera es un tema de su exclusiva competencia, pero sobre el cual seguramente la delegación de las Farc querrá incidir. Estamos en el tramo final, pero no hemos llegado a la meta.”

Con el respeto que merece el profesor Vargas su insinuación de que el gobierno pretende que sea de su “exclusiva competencia”, sí de verdad el Gobierno lo intentara, sería como exigir el sometimiento de las Farc a cambio de firmar unos papeles. Y su “las Farc querrá incidir.” significaría que esta guerrilla se abrogaría la sabiduría y los intereses del Pueblo rural, cosa que nunca aceptarían la Cumbre Agraria ni el ELN porque sería simple y llanamente Despotismo. Las Farc no están de acuerdo con esta segunda insinuación del profesor Vargas, lo han manifestado innumerables veces.

Porque lo que queremos es que la Paz sea estable y duradera, que tanto los terratenientes y los empresarios involucrados, legales e ilegales, tengan opción de trabajar como agro-empresarios, (agropecuarios, turísticos o mineros) sabiendo que su derecho al uso de las tierras va a ser respetado por el Estado y que el Pueblo rural lo acepta por ser el resultado de una concertación de voceros legítimos de todas las partes del conflicto y porque se hayan satisfecho las necesidades de tierra de los Indígenas, los afro-descendientes y de los demás Campesinos y Desplazados. Esto es factible dada la gran cantidad de tierra desmontada y el excelente acuerdo sobre justicia restaurativa que anunciaron las partes con apretón de manos Santos-Timochenko, el cual garantiza que los que quieran trabajar y tengan deudas con la justicia no van a tener problemas si colaboran con la verdad y en su labor productiva reparan beneficiando Víctimas, con restricción de su libertad por corto tiempo, moderando en forma realista sus pretensiones de posesión de tierras, para permitir la restitución. Creo que los combatientes de los ejércitos privados son a la vez Víctimas y Victimarios y sus mentores deben repararlos enseñándoles a trabajar dignamente.

Mucho dinero han gastado la SAC, FEDEGAN y los demás empresarios interesados en el agronegocio para lograr que los congresistas aprueben reformas constitucionales que legalicen sus apropiaciones de tierra indebidas en los baldíos de la Nación, porque hasta ahora la corte constitucional ha hecho honor a su misión y probablemente suceda los mismo con el embeleco ZIDRES, a menos que hayan logrado comprar también a la mayoría de la corte. Y si se llegare a legalizar el Pueblo rural no aceptaría tamaña ilegitimidad, lo que haría peligrar la solución del conflicto. La salida es negociar la implementación con la mesa ampliada de voceros del Gobierno, la Insurgencia, El Pueblo rural, y los Terratenientes y demás Agronegociantes. Con una concertación sería posible implementar proyectos como: Propuesta Progresista para la alti-llanura de los llanos orientales de Colombia con reconciliación y en armonía entre Campesinos y Agro-Empresarios, aunque cada uno en su ámbito y sin dependencias, o Propuestas para el desarrollo eco-turístico complementario a los parques nacionales naturales (PNN) Tayrona y Sierra Nevada de Santa Marta donde los Empresarios podrían desarrollar grandes Hoteles en coordinación con Indígenas, Campesinos, Pescadores artesanales y Artesanos, lo que sumado a las bellezas naturales conformarían exitosas opciones turísticas. Los Campesinos aceptarían sobre todo si a cambio Pueblos y Ciudades se rodean de productores Campesinos orgánicos y agroecológicos para racionalizar los costos y procurar un medio ambiente sano, solucionando el problema de los cultivos ilícitos allende la frontera agrícola.

Luego de convenida la implementación se haría la refrendación popular que debe ser norma constitucional para que tanto los acuerdos de la mesa actual, como los acuerdos de implementación con la nueva mesa ampliada sean protegidos de leguleyadas oportunistas. No dudo de que si se satisfacen las justas reclamaciones del Pueblo rural asegurando el despegue del progreso en los centro urbanos, el Pueblo colombiana aprobará las grandes reformas con el mecanismo mas adecuado sin desgastarnos por ahora en tratar de definirlo, ya le llegará el turno.

La reforma rural integral debe incluir los recursos minero-energéticos. Los voceros mas autorizados al respecto son los de los trabajadores y los Empresarios del sector, públicos y privados, legales e ilegales. La USO y los demás sindicatos proponen marcos legales bien estructurados. Lamentablemente el conflicto a cobrado una cuota de sacrificio muy grande a los sindicalistas, como a los demás líderes populares, por lo que sería necesario la tregua general para que, al igual que las Juntas de Acción Comunal, puedan reconstituirse y nombrar voceros legítimos a la mesa de implementación.

Así se podrán firmar los acuerdos Gobierno-Farc de la Habana cumpliendo la premisa de que “nada está acordado hasta que todo esté acordado” entendiendo que la creación de una mesa ampliada para la implementación y la refrendación posterior a sus consensos desarrolla en forma satisfactoria los temas de la agenda Gobierno-Farc y daría una entrada al ELN y al EPL en la continuidad de la negociación. Los ejércitos privados, paramilitares o no, también tendrían asiento como empresarios ilegales vinculados al campo.

Así sí lograríamos la reconciliación de todos los colombianos.

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