sábado, 30 de junio de 2012

Presidente de Colombia cedió al clamor del Pueblo y ordenó tumbar la “reforma” a la Justicia


El Congreso demostró su catadura reaccionaria en las legislaturas 2011 y 2012 deformando una reforma constitucional para garantizar la inmunidad y la impunidad de los altos funcionarios del Estado, pero se estrellaron con el ascenso de las luchas populares que han logrado: Alcaldías en las grandes ciudades del País incluida Bogotá; el renacimiento de las luchas estudiantiles y académicas; la reactivación y renovación de las organizaciones rurales y urbanizadas emergiendo de los terribles baños de sangre ordenados por los Señores de la guerra aún vigentes, así la pantomima de la desmovilización paramilitar del nefasto Álvaro Uribe Vélez pregonara haberlos neutralizado. Alerta compatriotas, los Señores de la guerra están agazapados en la sombra de la impunidad y, aunque la Corte Suprema y la Fiscalía han logrado condenas leves a algunos que fungían como representantes del Pueblo, elegidos fraudulentamente, la mayoría siguen activos, los para-empresarios conservan su poder casi intacto, aunque se tambalea su infiltración en las FFAA por las fuertes condenas proferidas a algunos de sus crímenes de guerra y la voluntad aún ambigua del gobierno de hacer respetar los DH, pero ahora tratan de re-potenciar a los paramilitares que mantenían camuflados como bandas criminales al servicio del contrabando, el “narcotráfico” y la minería ilegal.

El Estado debe garantizar el respeto a la vida, superar la impunidad casi total que persiste en la mayor parte de las zonas rurales, neutralizando a los Señores de la guerra, rezago feudal, que siguen intentando someter a Colombia saboteando los esfuerzos de Paz de las comunidades y de los gobernantes pragmáticos; persisten en el exterminio de los líderes populares que los enfrentan e intentan volver a sembrar el terror en el campo con masacres y asesinatos espantosos. Estos siniestros parásitos mantienen acaparados buena parte de los poderes del Estado; llegaron al extremo en el periodo 2002-2010 cuando lograron dominar el poder Central Ejecutivo y el Legislativo así como en muchas de las regiones. Afortunadamente el Poder Judicial logró frenar su dominio al declarar la Corte Constitucional inexequible la segunda reelección de Uribe, impidiendo que pudieran ser renovados los magistrados por sus fichas de confianza; aún así en 8 años lograron menguar la independencia y el compromiso que tenían con la Constitución Política de 1991.

Es una estupidez que los Señores de la Guerra pretendan prevalecer como ineficientes latifundistas y contrabandistas mafiosos porque cada vez están mas desfasados con la nueva época regional progresista, deben esforzarse por evolucionar a empresarios legales del agro, la minería, etc. arreglando sus cuentas con la sociedad, es imposible que vuelvan a exterminar a la oposición que logrará marginarlos del poder político. Tampoco son capaces ya de forzar una guerra civil porque no pueden alborotar bajas pasiones como hicieron en el pasado, hoy el Pueblo es mucho mas culto.

El Presidente Juan Manuel Santos quiere desmarcarse de los Señores de la guerra, con los que llegó a aliarse parte de su familia, hace declaraciones populistas pretendiendo enardecer audiencias que hace rato dejaron de ser tan ingenuas, hasta llegar al extremo de aceptar ser traidor de su clase social por buscar la Justicia Social. Pero no da pie con bola, sometido también a la presión de los halcones del norte, en pelea abierta con el progresismo demócrata de EEUU, lo presionan desesperados por su declive global aferrándose a una de las últimas neo-colonias que pretenden expoliar, cegados de ambición por nuestra riquezas naturales que solo en menor parte han podido usufructuar dada la formidable resistencia de un Pueblo que ha preferido sacrificar a muchos de sus mejores Hijos antes que permitirlo. El Presidente está entendiendo que llegó la hora de negociar, si busca la mejor manera puede encontrarla en la fuerza formidable que está logrado el Pueblo con su creciente madurez y organización que le exige lograr la Paz con Justicia Social.

No hay de otra: ¡Negociemos pues! Vean las siguientes propuestas:
Hernán Pardo Silva

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